La toxina botulínica, popularmente conocida como botox, es una neurotoxina que, aunque puede convertirse en un potente veneno si la ingerimos directamente como si de un alimento se tratara, es posible aprovechar su potencial para tratamientos relacionados con la estética.
Una sustancia como el botox puede ser aprovechada para realizar tratamientos en los que, por ejemplo, algunos músculos del paciente se encuentran en estado de hiperactividad sin llegar a relajarse por completo. Es en estos casos en los que se recurre a la toxina botulínica, para conseguir controlar dichos músculos o al menos reducir los movimientos involuntarios de los mismos derivados de otras enfermedades como las distonías focales, por ejemplo.
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¿Cuál es el funcionamiento de la toxina?
El motivo principal por el que se utiliza el botox es porque interfiere entre el nervio y el músculo, logrando que éste último no se contraiga. Esto es posible gracias a que el botox impide que se libere acetilcolina, un neurotransmisor necesario para que se muevan los músculos cuando un nervio da la orden de moverlo.
Ventajas del botox frente a otras técnicas
Una de las principales ventajas de la toxina botulínica es que es una técnica que no requiere cirugía y prácticamente indolora, por lo que las molestias para el paciente son mínimas.
Por otro lado, aunque de manera generalizada se cree que sus efectos son totalmente inmediatos, no es así. Sus efectos se comienzan a hacer evidentes a partir de los tres o cuatro días desde que se realiza la inyección, hasta el séptimo día que es cuando realmente se puede ver si el resultado obtenido es el esperado.
Además, otra de las ventajas de la toxina botulínica es que no es necesario anestesiar al paciente. La aguja que se utiliza para las inyecciones es tan sumamente fina que resulta inapreciable, aunque en personas que sientan pánico a las agujas sí que se puede recurrir, de manera excepcional, a la anestesia local para así eliminar cualquier molestia mientras se lleva a cabo el tratamiento.
¿Cuánto tiempo dura el efecto de la neurotoxina?
Otra de las cuestiones que más preocupan a las personas que se plantean realizar algún tratamiento de inyección de botox es la duración de sus efectos.
Es de vital importancia aclarar que los efectos no son, ni mucho menos, permanentes. La duración de los efectos depende en gran medida de la dosis inyectada, aunque también hay que tener en cuenta otros factores importantes como el tamaño del músculo a tratar o el metabolismo de cada persona.
La duración del botox en promedio es de cuatro meses, aunque se han dado casos de pacientes que han mantenido sus efectos hasta ocho meses.
¿Cuál es el precio del tratamiento?
Como os podéis imaginar, el precio del tratamiento con toxina botulínica depende en gran medida de la zona a tratar. Hay que aclarar que no es un tratamiento apto para todos los bolsillos, pero que cada vez más clínicas ofrecen facilidades de pago de todo tipo, por lo que al final podemos decir que es un tratamiento estético totalmente accesible.
Su precio puede variar entre los 200 y los 250 euros en el caso de la boca, los pómulos o las famosas patas de gallo, y a partir de los 300 euros en el caso del entrecejo y la frente, que son zonas más extensas donde probablemente sea necesaria una infiltración mayor.
Los tratamientos en los que se administra este tipo de toxina pueden ser recomendables para aquellas personas que quieran corregir pequeñas imperfecciones, aunque hay que mencionar que entre una infiltración y otra es recomendable que haya un espacio de tiempo de al menos seis meses.